viernes, 30 de marzo de 2012

Día tras día ...

Mi vida se apaga... mi vista se oscurece... sólo me quedan recuerdos. Recuerdos que evocan el pasado. Una época de caos, de sueños frustrados, éste páramo. Ciudades desaparecidas, barridas... Ciudades que estallaron en un vendaval de pillaje, en una tormenta de miedo. Los hombres se comieron a los hombres. Los caminos eran pesadillas interminables. Sólo sobrevivían los que se adaptaban a vivir de los desechos o eran tan brutales como para dedicarse al pillaje. Y en medio de este caos de ruina, los hombres normales sucumbían aplastados. Hombres como yo.. que con el tremendo rugido de una máquina lo perdió todo. Y me converti en un hombre vacío, un hombre quemado y sin ilusión. Un hombre que, obsesionado por los fantasmas de su pasado, se lanzó sin rumbo al páramo.