a los que ya no están echaremos de menos,
y a ver si espabilamos los que estamos vivos,
y en el año que viene nos reimos.
Mi vida se apaga... mi vista se oscurece... sólo me quedan recuerdos. Recuerdos que evocan el pasado. Una época de caos, de sueños frustrados, éste páramo. Pero sobre todo, recuerdo al Guerrero de la Carretera, al hombre que llamábamos Max.
No pretendamos que las cosas cambien, si siempre hacemos lo mismo. La crisis es la mejor bendición que puede sucederle a personas y países, porque la crisis trae progresos. La creatividad nace de la angustia como el día nace de la noche oscura. Es en la crisis que nace la inventiva, los descubrimientos y las grandes estrategias. Quien supera la crisis se supera a sí mismo sin quedar ’superado’.
Quien atribuye a la crisis sus fracasos y penurias, violenta su propio talento y respeta más a los problemas que a las soluciones. La verdadera crisis es la crisis de la incompetencia. El inconveniente de las personas y los países es la pereza para encontrar las salidas y soluciones. Sin crisis no hay desafíos, sin desafíos la vida es una rutina, una lenta agonía. Sin crisis no hay méritos. Es en la crisis donde aflora lo mejor de cada uno, porque sin crisis todo viento es caricia. Hablar de crisis es promoverla, y callar en la crisis es exaltar el conformismo. En vez de esto, trabajemos duro. Acabemos de una vez con la única crisis amenazadora, que es la tragedia de no querer luchar por superarla’.
Albert Einstein
P.D: Se cuenta que en los años 20 cuando Albert Einstein empezaba a ser conocido por su teoría de la relatividad, era con frecuencia solicitado por las universidades para dar conferencias. Dado que no le gustaba conducir y sin embargo el coche le resultaba muy cómodo para sus desplazamientos, contrató los servicios de un chofer.
solo quedara nuestro recuerdo,
asi pues,
hagamos que se acuerden a lo grande de nosotros...
por actos heroicos...
por actitudes cobardes...
o simplemente por ser los hijos de puta mas locos de todo el lugar!!!
Hoy toca una porcion de historia, empecemos por saber quien era el amigo Licurgo:
Licurgo (griego antiguo Λυκοῦργος Lykoûrgos; 700 a. C.?–630 a. C.) fue un legendario legislador de Esparta, el cual estableció la reforma militarista de la sociedad espartana de acuerdo con el Oráculo de Delfos. Todas las leyes y la constitución de Esparta se atribuyen a Licurgo. Según la tradición, fue de estirpe real y regente de Esparta.
Fue citado por historiadores antiguos, como Heródoto, Jenofonte y Plutarco.Jenofonte dijo: ''"él no imitó a las otras ciudades, sino que concibió cosas incluso opuestas respecto a la mayoría de ellas: así hizo a su ciudad particularmente afortunada". No resulta claro determinar si Licurgo fue realmente una figura histórica. Muchos historiadores creen que Licurgo fue el responsable de las reformas comunalistas y militaristas que transformaron la sociedad espartana en la segunda parte del siglo VII a. C., denominada Gran Retra.
Los principios sobre los que se fundan las reformas que se le atribuyen fueron: la subordinación de todos los intereses privados al bien público, la imposición de una estructura social modelada sobre la vida militar, en la que la educación de los jóvenes estaba encomendada al propio Estado, y la obligación de sobriedad en la vida privada.
Se le atribuye el pensamiento de que lo importante de las leyes no es que sean buenas o malas, si no que sean coherentes. Solo así servirán a su propósito.
Si hoy en día a muchas de esas normas, leyes, imposiciones, etc por las que nos regimos cumplirian esta máxima de que sean coherentes, nos ahorrariamos muchos quebraderos de cabeza.
He aquí que veo a mi padre
he aqui que veo a mi madre,
a mis hermanas y mis hermanos
he aqui que allí veo
el linage de mi pueblo
hasta sus principios
y he aquí que me llaman
me piden que ocupe mi lugar entre ellos
en los atrios de Valhalla
el lugar donde viven
los valientes para siempre.
Muchos recordareis esta estrofa de una moderna pelicula sobre 12 vikingos y un arabe, pero deveis saber que esta sacado de un poema odinico (del que busco la version completa).
Mi vida se apaga... mi vista se oscurece... sólo me quedan recuerdos. Recuerdos que evocan el pasado. Una época de caos, de sueños frustrados, éste páramo. Pero sobre todo, recuerdo al Guerrero de la Carretera, al hombre que llamábamos Max.
Para comprender quién era hay que retroceder a otros tiempos, cuando el mundo funcionaba a base del combustible negro, y de los desiertos surgían grandes ciudades de tuberías y acero.
Ciudades desaparecidas, barridas...
Por razones olvidadas hace largo tiempo, dos poderosas tribus guerreras se declararon la guerra, provocando un incendio que devoró a las ciudades. Sin combustible ya no eran nada. Construyeron una casa de paja. Las máquinas rugientes jadearon y se detuvieron.
Los líderes hablaron... y hablaron... y hablaron. Pero nada pudo detener la avalancha. El mundo se tambaleó. Las ciudades estallaron en un vendaval de pillaje, en una tormenta de miedo. Los hombres se comieron a los hombres.
Los caminos eran pesadillas interminables. Sólo sobrevivían los que se adaptaban a vivir de los desechos o eran tan brutales como para dedicarse al pillaje. Bandas de malhechores se adueñaron de las carreteras, listas para entablar combate por un tanque de gasolina.
Y en medio de este caos de ruina, los hombres normales sucumbían aplastados. Hombres como Max... el Guerrero Max... que con el tremendo rugido de una máquina lo perdió todo. Y se convirtió en un hombre vacío, un hombre quemado y sin ilusión. Un hombre que, obsesionado por los fantasmas de su pasado, se lanzó sin rumbo al páramo.
Y fue aquí, en este lugar desolado, donde aprendió a vivir de nuevo.